Un periodista estaba de vacaciones y de regreso a ciudad de México atravesó una pequeña población en la que había muchos heridos a causa de una explosión de gas. Él llamó desde su celular a la emisora y relató lo que estaba sucediendo hasta que se le agotó la batería. En ese momento de su emisora enviaron al lugar de la tragedia un móvil para poder continuar con la información. En el vehículo venía un joven periodista que había hecho alguna vez unos cursos de socorrismo.
Cuando el vehículo entró en la población, sus ocupantes se alarmaron porque el número de heridos era mayor del reportado su colega. No sabían que en trayecto al lugar había sucedido una segunda explosión. Al ver aquello el joven periodista le dijo a su colega que estaba de vacaciones: “Yo creo que lo que hay que hacer aquí es convertir este móvil en ambulancia para trasladar a los heridos”. Al más viejo lo tomó por sorpresa aquella sugerencia, pero rápidamente decidió que “el móvil era para transmitir”. Así que el jovencito se lo quedó mirando y le dijo: “Yo me voy a ayudar a los heridos y allá tú con tu conciencia”. Dio media vuelta y se fue. El periodista que andaba de vacaciones terminó su relato diciendo, “Yo todavía no sé si obré bien u obré mal”.
Señores, en este momento los constituyo a ustedes en un tribunal ético que le va a prestar ayuda a ese colega para determinar si obró bien o mal. ¿Quiénes utilizarían ese vehículo como móvil y quiénes como ambulancia? Se abre el debate.
Ahora que lo han meditado y que seguramente tomaron partido, habrán entrado en aquello que decía Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”. Como ven, son inseparables las circunstancias. La ética no es como los reglamentos del fútbol. Cuando el árbitro está ante una situación, inmediatamente la esquematiza y dependiendo de la gravedad de la falta saca tarjeta roja. Sabe que su decisión está respaldada por los artículos del reglamento que rige el juego.
La ética no saca tarjeta roja. Porque tiene que ver con las circunstancias de cada uno. Y puede ser que ante este mismo hecho yo periodista decida lo contrario de lo que decidió el colega: “Este móvil servirá únicamente para transmitir porque estoy convencido de que es lo mejor que puedo hacer en beneficio de toda la población”. No me atengo únicamente al caso inmediato sino que tengo una visión de más amplio espectro. Yo tengo que convocar la solidaridad no sólo de la gente de esta población sino de todas las poblaciones alrededor y hacer que todos sean conscientes que tienen que venir a ayudar a esta gente. Puede ser que mediante esa acción atraiga más ayuda y obtenga más eficacia que la que individualmente pudiera prestar. Es decir, que esta sea una forma de potenciar la ayuda.
Lo otro es mi caso personal, y allí es donde me hago la pregunta, y esa es la pregunta que este colega se hacía. “¿Yo para qué he sido puesto en la sociedad?” “¿Para que adopte esto?”. Ese periodista entendió en ese momento que lo suyo era potenciar todas las posibilidades de ayuda que tenía la sociedad. No únicamente su solitaria posibilidad de ayuda. Nuestro lugar es un puesto frente a toda la sociedad y eso hay tenerlo muy claro. Qué le pasó, por ejemplo, a aquel fotógrafo que ganó el premio Pulitzer con la fotografía de aquel bebé africano que agonizaba y un cuervo esperaba a su lado. Tomó la fotografía, ganó premios, pero la imagen de aquel bebé le persiguió hasta que un día no soportó más y tomó la decisión de suicidarse. ¿Por qué? Porque era una decisión ética que él no había resuelto o que había resuelto en contra de su conciencia.
Lo ético tiene este problema: así como la ley se cumple o no cuando uno ve al policía, la ética tiene la complejidad de que uno lleva adentro el policía, que en este caso opera como conciencia. Es una sensación latente y despierta que actúa en nosotros silenciosamente. Por eso es importante saber cuál es o cuál puede llegar a ser mi compromiso como periodista frente a los dilemas propios del oficio. Frente a un mismo caso se pueden presentar distintas circunstancias o tener distintas visiones. Usted escoge.
Es bueno recordar que a veces, en cuanto se plantea un caso, queremos reducirlo a dos caminos, como en el ejemplo anterior: puede ser que los que están escogiendo la ambulancia tengan tanta razón como los del móvil. Depende de sus circunstancias. Significa que la ética tiene unos valores que son aplicables a muy distintas situaciones, por eso se dice que hay una sola ética y distintas morales.
miércoles, 2 de abril de 2008
lunes, 24 de marzo de 2008
La Operatividad
El arte de la cocinera es todo de producción, a partir de una selección limitada de ingredientes disponibles, en una combinación de acciones, proporciones, utensillos, y medios de transformación o de cocción. Igualmente, la comunicación es una cocina de acciones y palabras, de ideas e informaciones, con sus recetas y sus sutilezas, sus instrumentos auxiliares y sus efectos de vecindad, sus distorciones y sus fracasos.
jueves, 20 de marzo de 2008
UN AMOR DE OTRO PLANETA
Todos los amores, como todas las palabras, los nombres y los sabores, tienen un color que los identifica con su sello característico.
Así como un romance intenso, apasionado, tan recargado de celos que sólo puede estar destinado a la brevedad, "es ROJO", el amor alegre, despreocupado y sincero, generoso y leal, es un "amor VERDE". Este tiene mucho de amistad y suele llegar a tu vida para quedarse un rato largo.
Así como un romance intenso, apasionado, tan recargado de celos que sólo puede estar destinado a la brevedad, "es ROJO", el amor alegre, despreocupado y sincero, generoso y leal, es un "amor VERDE". Este tiene mucho de amistad y suele llegar a tu vida para quedarse un rato largo.
viernes, 14 de marzo de 2008
CRISTALES DE CUARZO
... y otras gemas más raras de encontrar, como el topacio rosado y la rodocrocita -Piedra Nacional Argentina, también llamada "Piedra del Inca"- exhiben las distintas gamas del color Rosa creadas por la combustión de origen volcánico.Según los gemoterapeutas, el cuarzo rosa cura la angustia emocional, otorga autoconfianza, y abre el corazón al amor y al afecto.
Asimismo, estas piedras remiten al planeta Venus, símbolo celestial del amor, representado por los nativos de Tauro y Libra, y muy afín con Cáncer, Géminis y Leo.
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miércoles, 12 de marzo de 2008
La energía de los colores
Es muy poderosa. La mayoría de las personas nos sentimos tristes y melancólicas en un día nublado y gris, alegres y positivas al contemplar un anaranjado amanecer, y serenas y esperanzadas ante un campo sembrado de verde.
EMOCIONES DIVERSAS
surgen como una reacción a la energía vibratoria de los colores, que tiene una directa incidencia sobre nuestro estado emocional y físico.
Frases de uso popular, como "estas verde de envidia" o "se puso rojo de furia" dan cuenta de ello.
Porque cada color posee una energía que altera nuestra estructura psicológica y bioquímica, y que conviene conocer para emplear en provecho propio.
lunes, 10 de marzo de 2008
J a J a J a J a J a Risas y más...

Esto lo escribí hace un par de añitos... me asombra lo que cambié a la hora de redactar! jaja pero bueno... quiero compartirlo! disfrutenlo! se los dejo así... crudito crudito...
Heme aquí con un tema que nos compete a todos. Digo todos porque nadie en este mundo puede ni podrá contrariarme que jamás haya pasado por la experiencia de la risa. Todos reímos, hasta la persona con el peor sentido del humor fue presa por ésta alguna vez.
Pero alguien se preguntó concretamente qué es la risa, o por qué reímos de una persona o situación particular, un chiste, de un sujeto distinto a nosotros. ¿Qué rescatamos de todo esto? La risa parece ser una construcción social. Inevitablemente necesitamos a un “otro”, ya sea para que nos acompañe en ese momento cómico con su risa a manera de cómplice y nos festeje nuestra broma, o para reírnos de él. En otras palabras, para hacer un uso utilitario del mismo, que sea nuestra víctima.

¿En qué pensamos cuando reímos? pienso que en esos minutos, nada. Somos invadidos por una fuerza interior de origen desconocido aparentemente. Son unos minutos o segundos en los que olvidamos el tiempo y espacio. Registramos que después nos duele la panza o sentimos calor, pero nada más, y no siempre ocurre.
Hay más. La risa encierra muchísimos mitos como por ejemplo “reir ayuda a bajar de peso” o “fortalece los abdominales”. También es la protagonista de infinidades de dichos y frases populares: “digame, ¿usted de que se ríe?”, “me río para no llorar”. Seguramente nadie se pregunta el por qué de las mismas, las repiten porque el momento daba todas las señales para que algún iluminado introdujera una de estas frases trilladas o dichos como estos. Puro mecanicismo. Ante este panorama yo pregunto ¿qué sabe el que dijo “el que ríe último ríe mejor”? ¿puede testimoniar que realmente fue así? ¿qué pasa con los que ríen solos? ¿es verdad que se acuerdan de sus picardías?
Comencemos por definir qué es la risa. Según el filósofo francés Henri Bergson, quien se convirtió en una figura muy reconocida por la originalidad y calidad de su libro: La Risa, la define como un “gesto social que subraya y reprime una distracción especial de los hombres y de los hechos”. La denomina como una corrección a un “aspecto de la persona que le hace asemejarse a una cosa, ese aspecto de los acontecimientos humanos que imita con una singular rigidez el mecanismo puro y simple, el automatismo, el movimiento sin vida”. Pasaré a explicar el concepto. La vida por sus características innatas, inherentes, naturales, posee un ritmo fluido, de movimiento, de cierta y aparente ingobernabilidad. A pesar de esto, no está exenta de ser sometida a reglas, normas, moldes que el mismo hombre construye y por medio de las cuales la y se somete. Ha creado un mundo perfectamente mecánico, autorregulado, que funciona con estas instrucciones, las cuales generan un movimiento propio, actividades, vestimentas, comportamientos según el acontecimiento diario a enfrentar sea del orden que fuere. Pero, y aquí está la causa de la risa, tenemos tan incorporada esa rutinización, nos acostumbramos tanto a ser máquinas que cualquier desvío, cualquier cosa que se nos aparezca en el camino, probablemente nos desconcierte, no la podamos ver, no lo podamos resolver, esquivar. Aparece el momento cómico. Ese desencaje en el modelo causa risa, carcajadas. La gente que trabaja, convive, camina junto a nosotros en ese instante, en ese tiempo y espacio obviamente ríe; Nosotros, deseamos desaparecer de la tierra.
Heme aquí con un tema que nos compete a todos. Digo todos porque nadie en este mundo puede ni podrá contrariarme que jamás haya pasado por la experiencia de la risa. Todos reímos, hasta la persona con el peor sentido del humor fue presa por ésta alguna vez.
Pero alguien se preguntó concretamente qué es la risa, o por qué reímos de una persona o situación particular, un chiste, de un sujeto distinto a nosotros. ¿Qué rescatamos de todo esto? La risa parece ser una construcción social. Inevitablemente necesitamos a un “otro”, ya sea para que nos acompañe en ese momento cómico con su risa a manera de cómplice y nos festeje nuestra broma, o para reírnos de él. En otras palabras, para hacer un uso utilitario del mismo, que sea nuestra víctima.

¿En qué pensamos cuando reímos? pienso que en esos minutos, nada. Somos invadidos por una fuerza interior de origen desconocido aparentemente. Son unos minutos o segundos en los que olvidamos el tiempo y espacio. Registramos que después nos duele la panza o sentimos calor, pero nada más, y no siempre ocurre.
Hay más. La risa encierra muchísimos mitos como por ejemplo “reir ayuda a bajar de peso” o “fortalece los abdominales”. También es la protagonista de infinidades de dichos y frases populares: “digame, ¿usted de que se ríe?”, “me río para no llorar”. Seguramente nadie se pregunta el por qué de las mismas, las repiten porque el momento daba todas las señales para que algún iluminado introdujera una de estas frases trilladas o dichos como estos. Puro mecanicismo. Ante este panorama yo pregunto ¿qué sabe el que dijo “el que ríe último ríe mejor”? ¿puede testimoniar que realmente fue así? ¿qué pasa con los que ríen solos? ¿es verdad que se acuerdan de sus picardías?
Comencemos por definir qué es la risa. Según el filósofo francés Henri Bergson, quien se convirtió en una figura muy reconocida por la originalidad y calidad de su libro: La Risa, la define como un “gesto social que subraya y reprime una distracción especial de los hombres y de los hechos”. La denomina como una corrección a un “aspecto de la persona que le hace asemejarse a una cosa, ese aspecto de los acontecimientos humanos que imita con una singular rigidez el mecanismo puro y simple, el automatismo, el movimiento sin vida”. Pasaré a explicar el concepto. La vida por sus características innatas, inherentes, naturales, posee un ritmo fluido, de movimiento, de cierta y aparente ingobernabilidad. A pesar de esto, no está exenta de ser sometida a reglas, normas, moldes que el mismo hombre construye y por medio de las cuales la y se somete. Ha creado un mundo perfectamente mecánico, autorregulado, que funciona con estas instrucciones, las cuales generan un movimiento propio, actividades, vestimentas, comportamientos según el acontecimiento diario a enfrentar sea del orden que fuere. Pero, y aquí está la causa de la risa, tenemos tan incorporada esa rutinización, nos acostumbramos tanto a ser máquinas que cualquier desvío, cualquier cosa que se nos aparezca en el camino, probablemente nos desconcierte, no la podamos ver, no lo podamos resolver, esquivar. Aparece el momento cómico. Ese desencaje en el modelo causa risa, carcajadas. La gente que trabaja, convive, camina junto a nosotros en ese instante, en ese tiempo y espacio obviamente ríe; Nosotros, deseamos desaparecer de la tierra.

Analicemos a la víctima: ¿cómo reacciona ante su torpe infortunio? ¿se ríe a la par de sus compañeros? ¿se enoja con ellos? ¿llora? Creo que el bochorno del momento es tal que cualquiera sea la reacción que tenga, nada ni nadie va a poder remediar su trágico momento en ese tiempo. Y los que se ríen de él ¿Por qué no hacen algo por revertir la situación? ¿es más fácil reír que preguntarle si lo pueden ayudar? ¿temen a su reacción o simplemente el nerviosismo de la situación no les deja controlar a la ingobernable risa?
En ambos casos sostengo que la risa es un producto liberalizador. El terror que produce el miedo al ridículo es distensionado por la risa y se mezcla con esa sensación de “por suerte no me paso a mí”, combinado con la compasión o la culpa: “pobre, ¡qué mal que te pase eso!”, “no debería reírme, pero es más fuerte que yo”.
Existen gran variedad de víctimas. Por ejemplo aquéllas que son objeto de burla por alguna característica física como su nariz, el color de su piel, por ser gordo, flaco, por su pelo, o sus gestos. Su “defecto” (que en realidad no lo es) prima sobre su persona, es tomado, explotado y llevado al extremo hasta las últimas consecuencias. Sin duda este es uno de los aspectos oculto y más despiadado del hombre. Vale decir y resaltar que está todo bien mientras no sea él quien sea el nuevo objeto de risa.
Ironía, burla, sarcasmo, parodia son recursos a los que se apela para construir la burla que luego es lanzada estratégicamente en el momento preciso compartido con otras personas para hacerlas reír y buscar consenso al mismo tiempo. Por eso decimos que la risa es una significación social. A su vez genera diferenciación. No es lo mismo la risa de una persona excedida en peso cuya sensación es que toma sus mismas dimensiones, llena el lugar, es mucho más fuerte y tiene mas fuerza que la de una persona flaca, o la de una señorita perteneciente a la alta sociedad. Parece ser más tímida y reprimida que la de una persona de clase media-baja que no esta sujeta a fuertes reglas sociales que condicionen su comportamiento en determinados eventos. Más allá de que sea verdad o no, son ideas que están en el imaginario social.
Otro es el caso de alguien que se apropie de la risa y de su buen humor para poder asumir algún defecto que lo trauma, le causa vergüenza o le permita contar algo malo, vergonzoso, ridículo que le haya pasado. En este caso la risa actuaría como un mecanismo de defensa, un escondite desde el cual pueden contar sin sentirse señalados o reviviendo lo padecido tan terrible. Tal vez por eso habría que cuestionarse que esconde esa persona que ríe todo el tiempo.
Generalmente la risa tiende a ser incontrolable, pocas veces uno dice “ahora me voy a reír” y se ríen. Es justamente su espontaneidad la que a veces nos puede hacer pasar un buen momento y otros no tanto. A todos nos pasó alguna vez que nos estuvieran comentando alguna desgracia o mala noticia, y uno en lugar de reaccionar de manera compasiva o solidaria se ríe, no a propósito. Sin saber por qué se dispara la risa o una pequeña mueca. La bendita risa nos hace dar la imagen de malos amigos insensibles y nosotros, en consecuencia, nos sentimos mal porque la otra persona confiaba en nosotros para contarnos sus pesares. Entonces se enoja, se sienta lastimada, decepcionada, dolida. Pero ¿cómo hace uno para demostrar que esa no era su intención? Qué sea algo inmanejable suena poco creíble ¿Cómo puede ser que nosotros que tenemos siempre todo bajo control no podamos manejar algo tan insignificante como la risa? Los hechos son claros y cantan por sí solos. Vaya a saber uno qué conexión hizo nuestro inconsciente al escuchar esas palabras que automáticamente las relacionó con algún contenido nuestro que esté reprimido y alojada en sus bastedades, y que en lugar de generarnos una respuesta adecuada a la situación, hizo que nos riéramos. Obviamente que detrás de todo esto no se esconde ninguna mala intención como en el caso de que a propósito tomamos el discurso de la otra persona y la convertimos en objeto de nuestra diversión, como fue explicado anteriormente.
A pesar de que puede haber momentos en que uno ría solo porque probablemente nos acordemos de algo que nos da gracia, la risa siempre necesita del otro como cómplice o como presa. He desarrollado a lo largo de este ensayo casos ejemplificadores. La risa es fundamental en nuestra vida. Si no estuviera sería aburrida, mecánica, automática. Es bueno que cada tanto aparezca algún estorbo que nos corra de nuestro camino rectilíneo, nos sorprenda, lo torne circular y nos haga o hagamos reír, que nos deje liberarnos aunque sea por poco tiempo de nuestras preocupaciones diarias. El reír no es perjudicial para la salud. Eso sí, asumamos las consecuencias.
domingo, 9 de marzo de 2008
Musicandote! viajemos...

Momentos que me encantan... Nro. 1
son muchos, pero hay algo que me encanta hacer... enchufarme a mi apartito de música y salir a caminar: escuchar las letras y elevarme con las melodías que suenan... las palabras quedan flotando en la mente y su efecto es hermoso, más si son bella poesía; toda canción es una poesía...
Les dedico la letra de una canción que me encanta: "En remolinos"
Por favor, déjame vivir este sueño
el mejor que he tenido.
Una flor,
una flor,
otra flor.
Un maestro,
una causa,
un efecto.
¿quién sabrá el valor de tus deseos?
¿quién sabrá?
Gira el sol,
gira el mundo,
gira Dios.
Energía misteriosa
Resplandor.
Al soltar mi cuerpo en remolinos,
resplandor
(otra flor...)
Paraíso,
zona pura,
perfección.
FLORECER
MIRÁNDOTE A LOS OJOS.
PERFECCIÓN.
Florecer mirándote a los ojos
perfección.
Florecer los dos.
Florecer.
Florecer los dos.
Florecer.
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